Es verdad que necesito un corazón para latir, pero más necesito de ti que lo haces latir.

19/10/08

ROMERIA DE VALME

LA VIRGEN DE VALME

La imagen de la Virgen de Valme es, ante todo, la gran devoción de Dos Hermanas. Se trata de una escultura anónima, de estilo gótico, que pudiera fecharse en el siglo XIII, quedando encuadrada dentro de las llamadas “fernandinas”, al igual que la Virgen de las Batallas o Santa Mª de la Sede de la catedral hispalense.

Mide 67 cm. y está realizada en madera de ciprés, policromada y estofada. La Virgen se halla sentada en un pequeño sitial, no visible por el manto superpuesto que posee, y se caracteriza por ser una Virgen trono, donde el Niño se sienta sobre una de las rodillas de la Madre. La otra mano está en actitud de sostener, normalmente una flor natural o de metal, mientras que el Hijo aguanta un pajarillo con la izquierda y bendice con la diestra.

La imagen, como norma entre las efigies de su tiempo, aparece hierática y con excesiva frontalidad, sin mantener comunicación con el Niño, aunque en su rostro conserva ojos grandes y almendrados, nariz fina y leve sonrisa, que le otorga gran carisma a la Virgen. Posee túnica roja y manto azul, que cae desde la cabeza hasta cubrir sus rodillas; y el Niño viste túnica celeste, estando todas las vestimentas estofadas en oro.


La talla sufrió las mutilaciones llevadas a cabo en el siglo XVIII a fin de adaptarla mediante la colocación de mantos y cetros, a imágenes de candelero del gusto de la época, aunque en 1894, Adolfo López y Virgilio Mattoni la restauraron, dotándola de su aspecto primitivo con el que ha llegado a nuestros días. Es posible que la imagen del Niño fuese retallada en esa época.


Ntra. Sra. de Valme aparece entronizada en el centro del retablo de la capilla del Sagrario de la parroquia de Santa Mª Magdalena. Se muestra revestida con mantos que dejan ver el frontal de la imagen y sentada sobre sitial dorado de estilo gótico, sitial distinto al que forma parte de la talla.

El origen de esta devoción netamente nazarena se encuentra a comienzos del siglo XIII. Según la leyenda popular, ya la madre de Fernando III, la reina doña Berenguela acudió al monasterio de Oña (Burgos) a orar ante una imagen de Santa María cuando el monarca, siendo pequeño, se encontraba enfermo. A la mañana siguiente, el niño se había curado milagrosamente. Por ello, San Fernando mostraba gran devoción a esta imagen que llevaba consigo siempre, y mandó hacer una copia para dicho monasterio burgalés.


En tiempos de la Reconquista de Sevilla, hacia 1248 y tras dieciséis meses de asedio a Sevilla, desde el cerro de Cuarto, en Bellavista, el rey invoca a Santa María con la siguiente expresión:

“¡Valedme, Señora, valedme!, que si protegéis esta empresa, que bajo los auspicios del cielo,

para honra de Dios y gloria vuestra, acometí un día, yo os ofrezco levantar aquí un santuario,

donde coloque vuestra imagen para perpetuar la memoria de tan grande beneficio,

depositando en el altar el primer trofeo que gane a los enemigos de la fe cristiana y de la patria”


De aquella expresión derivó la advocación VALME. Y tras bajar el cerro donde se encontraba, ordenó: ¡Si Dios quiere, agua aquí hubiere!, brotando en ese momento un manantial que sirvió para abastecer a sus tropas, el cual dio origen a la Fuente del Rey.

La imagen desde entonces se hallaba en la ermita que mandó construir Fernando III como cumplimiento de su promesa y acudía a Dos Hermanas en situaciones de calamidad, epidemias o guerras hasta que en 1802 pasara definitivamente a ocupar el lugar donde se admira actualmente.

Desde sus inicios, ha estado tradicionalmente ligada a los monarcas castellanos y españoles, recibiendo las visitas de Felipe V en 1730 y los reyes don Juan Carlos I y doña Sofía en 1987.

La Virgen de Valme fue declarada protectora de Dos Hermanas en 1897; en 1964, patrona del Excmo. Ayuntamiento; coronada canónicamente el 23 de junio de 1973, contando como padrino con D. Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno; y en 1995 recibió la primera medalla de oro de la ciudad.

Motivado por la devoción que despierta no sólo en Dos Hermanas, cuenta con réplicas en la parroquia del Sagrado Corazón del barrio sevillano de Bellavista, y en la parroquia de Valme de la ciudad de Roma (Italia).






1 comentario:

De compras con Pebbles y Wilma dijo...

Es una Virgen muy bonita, y me ha encantado la historia.

Ines

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